A los doce años, Leoncio Prado ya era cabo en el Regimiento de Lanceros de la Unión. A los trece años dejó el Colegio Guadalupe para combatir contra los españoles en la escuadra que navegó al sur de Chile y participó en el combate de Abtao, fue ascendido a Guardia marina.
Luego participó en el combate del 2 de mayo de 1866 en el Callao y fue ascendido al grado de Alférez.
Mitos Y Leyendas De Huánuco.-
Contiene un Mito y las leyendas de todas las provincias de Huánuco. Como muestra una leyenda del distrito de Margos.
ACOCOCHA Y URWAWANKA
Margos – HUÁNUCO.
En las alturas del caserío de Antil, comprensión del distrito de Margos, hay una hermosa laguna cuyo origen se atribuye a la encantadora pastora Aco.
Los anti leños cuentan que en cada una de las faldas que bajan hacia la laguna, antes vivían dos jóvenes pastores llamados: Urwa, gallardo y de tez broncínea, y Aco, sumamente bella.
De tanto encontrarse pastando sus ovejas terminaron enamorándose. No podían vivir separados ni el uno ni la otra.
El aukillo que había observado estos menudos encuentros un día se les apareció. Con su barba blanca y larga sobre su tez arrugada y quemada por el frío, de por sí imponía respeto. Rompiendo el silencio y en tono sentencioso, les dijo:
-Yo conozco sus pensamientos y estoy leyendo sus corazones. Si en verdad quieren encontrar la felicidad, primero deben pasar esta prueba -dijo mirando la cima de ambos cerros, luego continuó– Deben llegar lo más rápido posible arriba, a la punta, pero sin voltear; en caso contrario, el castigo será eterno.
Los jóvenes que reconocieron al aukillo no atinaron a contradecirlo por temor a su cólera y sin protestar obedecieron.
Ambos comenzaron a escalar las faldas de los cerros pero el amor y la tentación hizo que Urwa volteara para ver a su amada, al hacerlo, instantáneamente fue convertido en una inmensa piedra; por su parte, Aco, tan luego llegó a la cima, volteó para ver si su amado ya había llegado, al no ubicar lo, descorazonada rastreó minuciosamente con la mirada, y muy abajo, sobre la pampa distinguió al aukillo que en medio del fuego se diluía, mientras que Urwa convertido en piedra le contemplaba.
Acongojada y llena de angustia, gritando y maldiciendo al anciano intentó bajar para encontrarse con Urwa, pero sus lágrimas fueron cubriéndola el cuerpo hasta que sintió asfixiarse bajo las aguas, ya que se había convertido en una laguna.
Desde aquel entonces la laguna tomó el nombre de Acococha y a la gigantesca piedra hasta hoy se le conoce con el nombre de Urwawanka.
Los anti leños que pasan cerca de la laguna, sobre todo por las noches, refieren que se les presenta una mujer llorando y enseguida desaparece.
La primera edición fue publicada en 1978.
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